958812845 | 626632793 | granada@elcajondetussecretos.com
951002717 | 661367816 | rincondelavictoria@elcajondetussecretos.com
GRANADA
MALAGA
loading
Relato
27 ene

No te quites la mascarilla – Relato

Antes de la pandemia, una de esas fantasías recurrentes que tenía era ser comida. Comida en el sentido literal, más que en el sentido figurativo. Devorada por una mujer ansiosa del cuerpo de otra mujer, engullida por sus ansias, sus dientes tan afilados como los de una depredadora consumiendo a su presa —hasta los leones de melena temen a las leonas—, consumida entre gruñidos y gemidos. Por supuesto, esto no era posible, más allá de algunos mordiscos tímidos, un poco de chocolate o crema chantilly en mi sexo siendo lamido y una lengua atacándome como a un helado.

Luego de la pandemia —aunque no ha terminado—, las mascarillas se han convertido en un mi fantasía más recurrente.

Quizás sea algo cliché, no lo sé. Aunque es muy probable que sea la única que se sienta así. Incluso, a veces, cuando veo películas o series que ocurren en otro tiempo —­otra realidad—, me entra ansiedad verlos sin mascarillas. En la calle, cuando veo alguna mujer de hermoso pelo y ojos brillantes, pienso en qué habrá debajo de ese pedazo de tela que le cubre la boca: ¿unos labios llenos y carnosos? Qué distintas se ven las personas con la mascarilla puesta.

Recuerdo quedar con una chica justo cuando se nos permitió poder volver afuera. Unos hermosos ojos oscuros como un pozo, una voz suave y tímida. Y ese pedazo de tela blanca.

Hay mucho más que eso. No es la tela, es lo que representa. Representa el miedo y representa la impersonalidad.

Nos desnudamos sin quitarnos la mascarilla. Nuestros cuerpos sin un pedazo de tela, salvo por la boca. Nada de ser comida, sino más bien usar y ser usada. Penetrar y ser penetrada a la vez mientras ni siquiera podíamos ver nuestras caras por completo. Nuestros dedos tocaban el cuerpo del otro; el cuello, el torso, los muslos; nuestros sexos y nuestras bocas estaban húmedos y solo uno podía ser saciado.

Hubo un momento en que dejé de querer ser comida, como algo liberador. Entonces solo quise verla acostada sobre la cama, en toda su extensión, retorciéndose mientras mis dedos entraban y salían, y frotaban. Ver sus pechos blancos y su rostro, casi cubierto por completo.

—No respiro… —me dijo en medio de un susurro.

— ¿Quieres quitártela? —Le pregunté con miedo de que la respuesta fuera afirmativa.

—No… solo… no te detengas. Me gusta cómo se siente.

Yo tampoco podía respirar, mi pecho y mi sexo ardían. El sexo de ella se sentía caliente en mis manos.

Cerró los ojos y se entregó por completo. Me permití tomar una de mis manos, que le estaba dando para su placer, y me entregué también a lo que sentía. El pecho quemando, los ojos cerrados, la impersonalidad y el sexo ardiendo, a punto de volverse cenizas.

Cenizas que corren en un rio nos volvemos. Nos echamos en la cama, a punto de ahogarnos, sin quitarnos las mascarillas ni un solo momento. Poco a poco, el ardor se reduce y podemos respirar más o menos bien otra vez. Y cuando estamos completamente bien, le digo:

—Ahora, es mi turno. Y no te vayas a quitar la mascarilla. —le digo.

 

0 Comments 27 enero, 2021

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>

Condiciones de uso | Política de protección de datos | Política de cookies | Aviso legal
Huevos vibradores Granada | Lencería íntima Granada | Preservativos Granada | Regalos San Valentín Granada | Vibradores Granada | Sexshop Granada | Tienda erótica Granada | Juguetes eróticos Granada | Tuppersex Granada | Bolas chinas Granada | Comprar vibrador Granada | Lencería erótica Granada | Vibradores femeninos Granada

Estas entrando en una página restringida para menores de 18 años.

Entrar Salir